La que gime a las estrellas

Permaneció sentada en el Jeep, dejando trascurrir los minutos en el reloj de la guantera, dando margen a que su intempestiva visita no resultara molesta. Los Montes Apalaches cortaban el horizonte dibujando la magnificencia de sus lineas sobre el cielo teñido del  rubor  del alba desgarrando el éter nocturno. Una enorme talla de madera zoomorfa señalaba la entrada al poblado, preñando al viajero de una sensación inquietante ante la visión de alguna fuerza primigenia descifrando tus mas profundos  secretos.

 Lentamente la reserva renacía del sueño,pequeñas estelas de humo ascendían hacia el cielo provenientes de las lumbres de los hogares donde comenzaban los preparativos del día. Tras un enorme cercado las crines de los caballos comenzaban a desafiar al viento llenas de brío. Danzaban inquietos,  desperezando sus músculos entre carreras impetuosas y ficticias luchas,bufidos y relinchos cantando al nuevo día. 

Siempre sintió un Cimarrón atenazado en las venas y observarlos rodeados de aquel reducto de edén la removió, espantaba cualquier atisbo de melancolía…La desbordo la belleza del momento y en ese momento suspiro, como atrapando o anhelando un deseo.

Abrió la puerta y bajo del coche inhundansose de la frescura cargado de aromas vegetales y tibia humedad. Sus pasos por el empinado camino de bajada hacia el pueblo se le tornaron tintados de un halo místico que poco a poco la derrotaba…el sonido de los aves canturreando entre la bruma de la mañana, la brisa matutina generando una sinfonía en el frondoso bosque… era vislumbrar un reducto de fantasía renacido entre las garras de la vorágine de la productividad, ajeno a la velocidad de la sociedad del bits y la toxicidad de los MC Donald que saturaban el hipercalorico mundo del que venia.

¿Utopía? quizás sea utopía pensó…mientras recordó no volver a fumar Mariguana para soportar su pánico a los vuelos en turista y sonrió… Siempre tuvo una mente propensa a la ensoñación.

Una vez en el poblado los pasos se encaminaron hacia lo que intuyo debía ser la casa del Jefe «Buho Gris», simple pero regia construcción de madera, con troncos apenas tratados por la inmisericorde mano del hombre,cubiertos de una patina grasa que evitaba el desgaste bajo la insidia de  los elementos, emanaba aquel peculiar olor a cuero que destilaba el lugar. Asió la aldaba de la puerta golpeándola contra la madera… como salida de otra época una mujer india la abrió , vestía con un traje marrón con mocasines, su cuello estaba cubierto por abalorios de mil colores…y su pelo negro como las alas de un cuervo estaba salpicado de cuentas lapislázuli enredadas en una larguísima trenza que caía sobre su pecho.

 -Buenos días…Es raro ver forasteros con la tonalidad de tu piel por este recoveco del mundo…pero te estábamos esperando-regalandole la sonrisa mas cálida que  acaricio su alma.

-jajaja..Gracias,me siento abrumada por este recibimiento.

-Pasa te estaba esperando…siéntate y acomodate imagino que tenderas hambre.

Dos días de carretera desde el Este de Virginia ansiada por no faltar a la cita no dio margen para muchas paradas para degustar las delicias de la comida local de las gasolineras. Y desde el ultimo desvió hace diez horas que te alejo de cualquier atisbo de civilización, la verdad que tu cuerpo necesita una dosis energética urgente.

-!!Buff!!..no sabes como te lo agradecería.

 El anciano descansaba placido junto al calor de la chimenea, jugueteando entre sus manos ajadas y fuertes con un cuenco humeante. Su cabellera cubierta por un manto blanco de muchos inviernos ocultaba en parte su rostro obtuso en el que destacaba una nariz recta y afilada bordeada por unos prominentes pómulos. La dureza de sus rasgos culminaban en aquellos profundos y magnéticos ojos negros que centelleaban abstraídos en el vaivén del fuego en la chimenea…Su tez era rojiza como la fértil tierra en la que vivieron sus múltiples antepasados…rojiza como la sangre que mano por sus colinas y sus valles de aquellos que lucharon por defenderla, rojiza como la llama viva que danza en corazón del guerrero. Se disipo en la densidad de aquel momento mientras el crepitar de las llamas llenaba la estancia, viajo por los juegos chinescos que el controlado erebo tatuaba en las paredes…formas abiertas a la interpretación.

-Es bello ver el fuego danzar…-retornandola a la realidad de sus motivos.

 -Si…tiene algo adictivo. Resulta mas efectivo que algunos somníferos…-comento haciendo muestra de su irónica visión coronada con una risa abierta y plena mientras tomaba asiento. 

 -Cielo y tierra se tocan cuando el humo asciende…entonces el hilo canalizador de todo lo creado renace ante la mente del hombre que sabe escuchar sus silencios reveladores de verdad… que descansa en su esencia.Ana saco la libreta y su vieja grabadora, la lección comenzaba y no quería perder el mas mínimo detalle. Aquellas palabras sajaron  su entendimiento…¿ Que era esa inexpresable fuerza solo representada por el silencio ?

 -¡¡Dios!!…me la ha dejado clavada en las neuronas, he sentido su poder casi como la certeza de la muerte…Buho gris aminore carga que vengo a recoger datos…jajaja.

 Una sonrisa se dibujo en su cara surcada por las arrugas de sus batallas, clavando la profundidad de su mirada en ella…desencadenando  el vértigo del que mira el universo.Quizás debiera dejar aquel delicioso café que le trajo la amable joven que danzaba como un torbellino por la habitación a medias por que o estaba flipando o estaba entrando en un estado de consciencia que le resultaba pelin patológico.

 -Nuestros ancestros nos trasmitieron la base del respeto hacia la naturaleza y sus elementos. Sintiéndonos hermanos en un mismo hogar veneramos las virtudes de estos…la majestuosidad del vuelo del águila, la laboriosidad y dedicación de la hormiga, la sabiduría de los arcanos bosques, la bondad del indomable rió…todo lo que nos rodea tiene un fin y nuestros lazos de conexión son eternos -poso su atención en busca de la claridad del entendimiento en su interlocutor y siguió con su mensaje.

La grabadora atrapaba la intensidad de las palabras que manaban de aquel anciano sentado junto al fuego pero nunca lograrían atrapar el cataclismo interno de la interlocutora por los interiores de su razonamiento.

 -Si continué por favor…-mientras condensaba su mensaje en la libreta de anotaciones…intentando atrapar su sensación de cotidianidad.

 -Es tradición que alcanzando la duodécima primavera los jóvenes se internen en el bosque al encuentro de su tótem, permanecerán el trascurso de la noche de luna llena en la que esta ilumina el circulo sagrado. Alli ira a su encuentro su Totem,su espíritu guiá…su esencia hermanada en la madre naturaleza. La energía que definirá el trascurso del resto de sus días.

Mi Totem es la piedra, supe que debía de conocer,escuchar y trasmitir las historias de nuestro pueblo desde los inicios de la luz.Para que la memoria del hombre no olvide…para no quebrar los lazos con los mundos. El paso de las horas fue tan fugaz absorta su consciencia en las numerosas historias, que solo el sonido de los estruendosos tambores rompieron la intensidad  del momento que se prolongaba estático. Búho gris se ergio cobrando las formas de su vetusto cuerpo un porte aguerrido pese a la inclemencia de los años.

 -Es la hora del comienzo de las celebraciones, hoy la luna atraerá las energías que regirán los caminos de nuestros jóvenes.

 Poso su brazo en el hombro, invitandola a visitar los preparativos. En el prado cercano,tras las casas, unos cincuenta o sesenta tipis bullían de vida mientras cientos de indios entraban y salían ataviados con los mas vistosos abalorios. Los niños correteaban entre el mar de adultos enfrascados en sus quehaceres. En el amanecer tranquilo pueblo era ahora un hervidero de actividad. Son de tambores,  olor a carne braseada…y el arrullo de las múltiples carcajadas, invitaban a la certeza de una gran celebración.Alejarse seria una buena forma de reubicar todos los datos…necesitaba salir con una idea en la que basaría su articulo, algo claro pero cargado del mensaje del anciano…simplificado y de facil asimilación. No todos los lectores gustan de la complejidad del pensamiento y sobre todo aquellos que compraban revistas para rellenar las nadas de entretiempos en sus atareadas vidas.

Simplicidad directa…siempre se perdía el concepto global, pero amiga esto es trabajo…Silencio…necesitaba una balsa de silencio…y comenzó andar en dirección al bosque próximo.

La pinaza seca crujía a su paso mientras se adentraba en la espesura de la vegetación. Los arboles soberbios y desafiantes rasgaban con altas copas el cielo…a cada paso que daba la entrada de luz  disminuía,como si el pletórico sol que lucia en plena tarde temiera alojar allí cualquier atisbo de la primavera que cuajaba de flores la llanura colindante. Aquí y allá las aves resonaban en la densidad del entorno. Junto a un viejo árbol encontró una piedra propicia para la ordenación de ideas y se sento. Pasados apenas cinco minutos un brutal estallido convulsiono el bosque quebrando la intensa quietud….¡¡UN DISPARO!!…Corrió con la velocidad confusa del que debe estar…impulsivamente corría en dirección hacia el origen del sonido. Hasta toparse con el acto…frente a ella en un pequeño claro un desconcertado osezno movía con sus patas el cuerpo inerte de su madre. Gemía angustiado elevando hacia el cielo su llanto…lamia el atrás reconfortante pelaje…buscando la seguridad de su cuerpo o la calma de un tierno lenguetazo. Pero ella yace vaciá de vida…mientras la criá brama al cielo con desconsuelo, graves, rápidas, amenazantes unas  voces se acercan…Miedo…corrió hacia el osezno  y lo cargo entre sus brazos. Corrió impulsada por un sentimiento confuso de desesperación hacia el recoveco mas alejado de aquellas voces cargadas de muerte…Trascurrió el paso de las horas en ese enorme matorral con la sensación de que era un sitio seguro. El pequeño osezno gimoteaba pero se aferro a su cuello recuerdo de la calidez del de su madre. Ana metió un pulgar en la boca  del pequeño que comenzó a succionar ansiado…que reconfortante resultaba ese acto mecánico de succión. Poco a poco sus gemidos cesaron y los cambios de tonalidad del laberinto vegetal la invitaron a abandonar su casual guarida en busca del camino al poblado. La noche cubría ya la arboleda…pero extrañamente no resultaba oscura y cerrada. Todo estaba envuelto en una tenue luz plateada,tal vez la luna guíe su salida.

Las luces de varias linternas llamaron su atención…se escondió de nuevo hasta que vislumbro la tranquilizadora silueta de Buho Gris.Ya en el poblado adormecido entre sus brazos entrego el osezno a este, con la certeza de su buen cuidado en manos de la joven torbellino, pero con la extraña sensación que siempre la faltaría algo.Como una especial invitada compartió de los excesos de la fiesta, danzo alrededor del fuego evadiéndose de su caparazón al son de cantos sagrados y el retumbar de los tambores…danzo por la vida que en todos se hermanaba. Viajo atravesada por los miles de energías que fueron invocadas en aquella tribal danza…danzo con sus hermanos y hermanas mientras complacía con ella a los astros.

Aquella noche Buho Gris le concedió su nombre…. La que gime a las estrellas, y su totem.

    • Eva
    • 7 de marzo de 2008

    Profundo y muy visual…
    Has conseguido que mi espíritu¨toro sentado¨
    permaneciera en todo momento junto a ¨La que gime a las estrellas¨…
    Una instantanea:¨…pequeño osezno gimoteaba pero se aferró a su cuello,
    recuerdo de la cálidez de su madre.¨¨
    …bello…

    • javier
    • 7 de marzo de 2008

    Bella y serena historia en contraposición de la anterior (la de la pluma en el orto), que aunque también de una calidad excelente, más mórbida y claustrofóbica sobre todo para la pluma labrada. ¡Que bonita estampa el fuego creando sombras!.

    • Fredo
    • 8 de marzo de 2008

    Transportado!… y de eso tratan los buenos relatos. Tanto asi que en mi segunda lectura, quise ponerle un poco de clima a la mañana de este sábado, rebusque en la biblioteca del wmp hasta encontrar lo que quería: “The Sacred Spirit”. Con esta música, una pipa recién cargada y el ansia de leer, me transportarte de nuevo; Oí el relincho de los caballos, el crepitar del fuego, aspire aromas y sentí hinchar mis neuronas como cazon seco a remojo con las sabias palabras del anciano jefe: “el hombre que sabe escuchar sus silencios reveladores de verdad… que descansa en su esencia”.
    Excelente relato descriptivo Josune, me recuerdan viejos libros de los que gocé hace tiempo… una hermosa mezcla de Jack London y “Las enseñanzas de Don Juan” de Carlos Castaneda.
    Gracias a la que gime las estrellas, por transportarme.

    • CHOIVA
    • 8 de marzo de 2008

    Me ha parecido buenisimo tu relato, creo que has conseguido lo mas importante… Enganchar.
    Me saco el sombreo ante tu pluma….Creo que realmente tienes el don de la palabra escrita.
    Enhorabuena, y sigue deleitando con tu buen hacer.
    Saludiños

    • aitor
    • 9 de marzo de 2008

    El símbolo con el que comienza el relató. Me transporta a algunos grafismos que hace Shirin Neshat. Te explico: en la mujer musulmana, se conoce que solo están a la vista las manos y una parte del rostro. Lo demás va cubierto. Entonces Shirin fotografió mujeres con caligrafía persa escrita en sus manos, en espiral, o en la parte no cubierta del rostro. Como símbolo de la libertad de expresión o lo de lo queda de la misma.
     
    http://www.juventudrebelde.cu/2006/abril_junio/abril-12/cultura_shirin.html
    http://www.cazurrabit.com/2005/diario/10/11/index.html
     

    • 9 de marzo de 2008

     
    Me arropé en las sábanas de tu relato y me tomé un retrato
    de aquel Buho gris.
     
    No hay dudas; caminando se hace camino.
    El silencio grita, la llama danza y leo con placer a ojos cerrados
    lo que tu mano escribe…
     
    Un beso, mejor dos..!
     

    • Melancolía
    • 10 de marzo de 2008

    Hola!!!!!  Por fin!!!!
    Pues que quieres que te diga.
    Hoy, soy Ana.  He pasado un rato increíble.
    Creo que no había vivido nunca, una aventura así 🙂
    Me encanta como nos haces sumergirnos dentro de tus relatos.
    Se puede ver en ellos, cada mínimo detalle y eso…..me encanta.
    Un besito enorme y sigue recreando más, si se puede, mi tan
    desbordante imaginación.
    Hasta mi próxima aventura.  Mmmmm……dónde me llevaras???

    • Raúl
    • 11 de marzo de 2008

    Muchas gracias por tu comentario.
    Yo tambien espero volver por aquí. Se encuentran pocos sitios como el tuyo.
    Un abrazo

    • Josune
    • 13 de marzo de 2008

    …solo saber que a alguien le llega y le puedes trasportar a tu mundo, es una pizquita de Magia…Creo que pocas cosas ejercen esa fuerza. Y comunicar parte de lo que piensas o sientes… es lo mas.
    Gracias…Capitán, Choiva, J.J, Damela manzana, Aitor, Ra, Melancolía;D y
    Dios menor…por leer mis palabras.
    Un beso enorme.

    • Deva
    • 11 de abril de 2008

    Hola Josune..me queda claro que compartimos arquetipos similares…tus imágenes resuenan potentes en mi mente..de hecho, estaba leyendo tu texto y sonó el timbre; era la señora que viene a recolectar las almendras (vivo solo en el campo) y he pegado un salto que no te imaginas; sabes? hay algo que me encantó..y es que logras transmitir veracidad y eso hace que uno se sumerja en el relato.Y ya que estamos de invitaciones, en mi pág., al final, donde dice "ver más entradas" mira algo que publiqué en noviembre del 07, "Homenaje a los antiguos"; te darás cuenta que compartimos una intuición, una cierta ensoñación de que existe una conexión invisible a la lógica entre el ser humano y el universo; hay varias frases tuyas que evocan esto "el cielo y la tierra se tocan cuando el humo asciende…"Bueno Josune..hermoso tu totemcariñosAtasa

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